Tradiciones y Costumbres
La población de la entidad guerrerense se encuentra integrada por cuatro grupos étnicos: mixtecos, tlapanecos, nahuas y amuzgos, así como la población mestiza y en menor medida el grupo afromestizo.
Debido a la heterogeneidad de su población, el estado de Guerrero tiene tradiciones muy diferentes en cada región. La música y la danza también tienen características muy particulares en las que se puede apreciar la mezcla de los diversos grupos étnicos que han convivido en la entidad. En la Tierra Caliente se baila el gusto y el son. Ambas procedentes del llamado “Sonecillo de la Tierra Caliente” y el pan de jarabe que trajeron las caravanas artísticas españolas.
Originarios de la Costa Chica de Guerrero, con el nombre de artesa, adoptados y adaptados al sentimiento y estilo de los tixtlecos, los “arranca zacate” y los jarabes son los que se bailan como preámbulo de un son, palomo o chilena, que dan lugar para formar el fandango en los barrios de Tixtla.
El fandango en Tixtla se realiza en las fiestas del patrón de las capillas o iglesias de los barrios o en las festividades cívicas; los músicos se acompañan con arpa, vihuelas y el cajón de tapeo. Normalmente la tarima es rodeada de camapés o sillas, que es donde se sientan las mujeres que van a bailar y en uno de los extremos se colocan los músicos. Los bailadores permanecen de pie.
En esta región los bailes característicos son los sones de artesa, la chilena, los paseos, palomos, zapateados, el jarabe y los corridos de gran influencia hispana y sudamericana e indígena.
Las bandas de viento, llamadas “Chile Frito” son muy acogidas por los guerrerenses, puesto que son las principales animadoras de las fiestas populares. Las danzas de los Tlacololeros, los Tecuanes, los Viejitos, los Manueles, los Doce Pares de Francia, son los bailes más tradicionales de la entidad.
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